Una ruta
para todos
Esta preciosa y fácil ruta de unos 8 kilómetros totales de ida y vuelta recorre el desfiladero de Las Xanas, uno de los más conocidos y visitados de Asturias. La senda se enclava en las laderas de una profunda grieta situada en las proximidades de la sierra del Aramo, por cuyo fondo discurre el arroyo de Las Xanas.
En el fondo del valle, bajo nuestros pies, se desarrolla un bosque de ribera típico del que sólo vemos las copas desde el aire; encima, en las zonas donde la caliza casi no tiene tierra, son las encinas las que sobreviven a duras penas.
Un sendero mágico
La minería del hierro nos dejó en la zona su huella en una antigua mina cuya boca encontramos en plena ruta.
Según ascendemos vamos dejando atrás la garganta, para introducirnos en el bosque, primero, y en los verdes pastos, después, que culminarán junto a la iglesia de Pedroveya, donde sentarnos a comer el bocadillo si no tenemos mesa reservada en el pueblo y a disfrutar de un paisaje idílico.
Para conocer el origen de la ruta del Desfiladero de las Xanas hay que retroceder hasta principio de los años 30 del siglo pasado, cuando se empieza a construir una carretera cuyo objetivo era comunicar varios pueblos aislados con el valle principal. Sin embargo, esta obra nunca llega a su fin, quedando reducida a una estrecha senda por la que ahora pueden disfrutar los amantes del senderismo y la naturaleza.
Cuando llegamos al destino, el pequeño pueblo de montaña Pedroveya, la tradición manda degustar el premio de haber finalizado el tramo sentados a la mesa de Casa Generosa.
